Compaginar estudios musicales y trabajo


Un amigo me dio la idea sobre este artículo, mientras comentábamos lo complicado que resulta estudiar música y al mismo tiempo, ganarse la vida como todo el mundo. Algo que a todos, músicos profesionales y aficionados, nos ha traído de cabeza durante mucho tiempo.

Justo ahora que acaba el verano y volvemos a la actividad, cursos, clases, trabajos... es el momento de dar algunas ideas sobre cómo organizarse para poder abarcarlo todo y no morir en el intento.

Importa el tiempo de estudio, pero sobre todo, la calidad del tiempo invertido. En este artículo te cuento cómo ganar en calidad, cómo ordenarse y emplear mejor las horas de estudio. Y también, algún truco para aprovechar esos tiempos muertos que tenemos a lo largo del día.

En primer lugar, puede que no todo el mundo tenga la misma actividad respecto a sus estudios. Hay quienes solo dan algunas clases particulares al mes, otros van a escuelas de música donde incluyen estudios complementarios como lenguaje musical, armonía, combo... y quienes van al conservatorio en cualquiera de sus niveles.

Por eso, lo primero que uno tiene que tener en cuenta es en qué nivel se encuentra y el tiempo que le reclama. También es muy importante reflexionar con profundidad acerca de las intenciones que uno tiene con la música.
Hacerse preguntas como ¿quiero vivir de la música? ¿Sólo quiero aprender a tocar un poco para disfrutar con amigos? ¿Quiero tener el máximo nivel al que sea capaz de llegar? ¿Quiero tener un grupo y dar conciertos, pero no creo que abandone mi trabajo? ¿Quiero convertir la música en mi profesión?. Es importante hacerse estas preguntas para enfocarse con más claridad sobre lo que realmente quieres.
En todos los casos tendrás que reservar un número de horas para tocar. Pero depende de tu nivel o de tus aspiraciones, ese número de horas será mayor o no.

Lo principal es la PLANIFICACIÓN. Yo suelo tener un calendario en el que me apunto todos los eventos que tengo pendientes en cada mes, y suelo tenerlo a la vista siempre. Después, tengo una agenda más pormenorizada donde escribo con todo lujo de detalles lo que va a requerir cada uno de esos eventos. Si es un concierto, escribo el repertorio que voy a tocar, el tiempo total del programa, y todo aquello que voy a incluir. Si son exámenes, o trabajos escritos, etc. pues exactamente igual, describiendo todos los detalles posibles que voy a necesitar en el estudio (enlaces a webs que puedan facilitarme el trabajo, resúmenes, definición de términos y conceptos).

Una vez que tienes todo tu trabajo bien planificado, se trata de organizar el tiempo que tienes disponible para preparar tus estudios. Aquí es donde tienes que pensar en las horas que requiere tu trabajo (incluyendo los desplazamientos). 

Personalmente trato de encontrar huecos libres en los desplazamientos, en las horas de las comidas, etc. para hacer aquellas actividades que no me suponen una concentración intensa, y por supuesto, nada que tenga que ver con tocar. Recuerdo haber estudiado mucha armonía y solfeo en el tren, por ejemplo... ¿Por qué no? También, en ocasiones cuando voy en el metro voy utilizando la aplicación Oído Absoluto que tengo descargada en mi móvil, y así aprovecho esos ratos en trabajar mi oído. 

Pero sin duda, el conflicto llega con la guitarra. Porque no puedes ponerte en el metro a estudiar (¿o sí?). En cualquier caso, la mayoría de nosotros vamos a tratar de buscar un lugar para estudiar que esté tranquilo, donde podamos concentrarnos. Esto es muy importante. No se trata de estar 6 horas delante de la tele, hablando con amigos, mirando el móvil cada 20 minutos, etc. sino de que las horas que estés, aunque sea una sola, sean verdaderamente productivas. Cuando alguien habla de la cantidad de horas que estudia, a menudo desconfío, porque creo que
👀 lo significativo no es la cantidad sino la CALIDAD de ese estudio. 
Para ello, también es interesante que os planifiquéis muy bien. Por ejemplo, si queréis hacer técnica y luego montar alguna obra o estudio, entonces sí es interesante que pienses qué tiempo vas a dedicar a cada parte de tu estudio. Ponte un reloj cerca para ir calculando los tiempos. 

También puede que quieras hacer algo de lectura a primera vista de alguna obra nueva que vayas a montar. Entonces te recomiendo que sea el primer trabajo que hagas, porque es cuando estás aún más fresco y no te va a resultar tan pesado. 

👉   Organiza tu estudio de esta manera:


  1. Aquellos trabajos que requieran mucha concentración y poca habilidad técnica.
  2. Aquellos trabajos que requieran un incremento de habilidad técnica, y ves subiendo la intensidad poco a poco.
  3. Aquellos trabajos más intensos técnica e interpretativamente.
Puedes dedicar el primer espacio de tu tiempo a aquellas actividades más teóricas para ir poco a poco llevando más intensidad hacia lo físico.

También deberías planificar tiempos de descanso, pues son fundamentales por dos motivos: porque te ayudan a relajarte mentalmente, y a la vuelta estás preparado para continuar; y porque evitarás tensiones que puedan derivar en una lesión (tendinitis, síndromes de sobreesfuerzo, etc.).

Y un detalle que seguro que habréis oído-léido muchas veces: ESTUDIAR DESPACIO. Parece una obviedad, pero como ya he comentado en otras ocasiones, no sirve de nada estudiarse el error, porque lo perpetúas. No se trata de repetir mil veces algo que te sale mal, suponiendo que en algún momento dejará de salir así y empezará a salir bien (como por arte de magia), sino de estudiar concienzudamente y encontrar dónde está el error para corregirlo. Y eso solo lo puedes hacer estudiando despacio.

Así que, fíjate muy bien en tus movimientos, ponte un espejo delante y trata de averiguar dónde estás cometiendo el error. Tal vez sea un movimiento inadecuado del brazo, o del codo, o la muñeca está en posición incorrecta, o los dedos poco flexionados... Aprende a observarte y a descubrir cuál es tu fallo y cómo corregirlo. Se trata de que seas autónomo y guíes tu propio estudio. En definitiva, SÉ TU PROPIO MAESTRO.

Espero que os ayuden estos consejos y sobreviváis mejor al complicado equilibrio entre estudios y trabajo.

Comentarios

  1. Un artículo genial. Yo también recomiendo tener un calendario del mes en papel en el que se escriba lo que se va haciendo cada día, a modo de diario.

    Puede parecer una tontería pero según va creciendo y vas viendo el trabajo que has hecho, más te anima.

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    1. totalmente de acuerdo, Victor. Sin duda, mirar el calendario lleno de fechas es un gran elemento motivador. Y ver los eventos pasados, y darse cuenta de que podemos abarcar mucho más de lo que creemos, ayuda a subir la autoestima y a confiar en que podemos con todo.

      Gracias por comentar!! un abrazo!!

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