Aprendiendo a aprender
Aprender a aprender es una de las máximas
de la pedagogía actual. Y en la
música, donde una gran parte del trabajo de aprendizaje es a solas, en muchos
casos, autodidacta, saber estudiar bien es fundamental. Porque en ocasiones, lo
que hacemos nos hace perder mucho tiempo en lugar de aprovecharlo, y no siempre
estudiamos correctamente. Yo aún sigo aprendiendo.
Por lo pronto, estoy intentando ser
consciente de no estudiarme los errores, sino corregirlos. Esto es algo que la
mayoría hacemos de forma inconsciente, porque nadie nos ha dicho que así no se
hace, y creemos que si repetimos muchas veces un pasaje que no sale bien, al
final acabará saliendo. Pero no es cierto. Si hacemos esto, lo que estamos
haciendo es estudiando el error, y lo más probable es que se perpetúe esa
manera incorrecta de tocar ese pasaje.
Por eso, lo importante, cuando nos enfrentamos a una parte especialmente complicada, es separarla del contexto y trabajar muy despacio, pero mucho, prestando mucha atención (podemos mirarnos en un espejo) a cada movimiento de los brazos, codos, manos y de la posición del resto del cuerpo, y tratar de analizar qué movimiento estamos haciendo mal que nos está impidiendo tocar ese pasaje. Una vez que encuentras el error, solo tienes que corregirlo y después, sí, tocarlo muchas veces bien, para que el movimiento correcto se incorpore de forma ya natural.
Por eso, lo importante, cuando nos enfrentamos a una parte especialmente complicada, es separarla del contexto y trabajar muy despacio, pero mucho, prestando mucha atención (podemos mirarnos en un espejo) a cada movimiento de los brazos, codos, manos y de la posición del resto del cuerpo, y tratar de analizar qué movimiento estamos haciendo mal que nos está impidiendo tocar ese pasaje. Una vez que encuentras el error, solo tienes que corregirlo y después, sí, tocarlo muchas veces bien, para que el movimiento correcto se incorpore de forma ya natural.
Esta manera de estudiar, aunque a priori
parezca más lenta, en realidad es todo lo contrario, y hace que pierdas menos
tiempo en el estudio.
Esta es una de las cosas que uno tiene que
aprender cuando tiene conciertos regulares en los que debes preparar un
programa distinto. Se trata de rentabilizar al máximo las horas de estudio,
de ser más metódico, y de saber planificar bien el tiempo.
Bueno, espero que estos consejos os sirvan
también para mejorar y aprovechar mejor la dedicación al instrumento. A fin de
cuentas, no todo el mundo dispone de ocho horas diarias para estudiar, y aunque
las tuviera, la clave no es la cantidad de horas, sino la calidad del
estudio.
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